22 de marzo de 2011

LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD: ENCUENTRO PERSONAL CON CRISTO.

Una de las muchísimas cosas que el papa Juan Pablo II nos ha dejado como legado, han sido sin duda alguna, las Jornadas Mundiales de la Juventud. Estas han sido para toda la Iglesia momentos de gracia y bendición y para muchos jóvenes ocasión de encuentro personal con Cristo y con su Iglesia. En estos encuentros el Señor ha mostrado la vocación a la vida consagrada y al sacerdocio ministerial a muchísimos jóvenes. Las Jornadas mundiales han reunido a muchos chavales que sedientos de Cristo acudían en  busca de respuestas a todos los interrogantes de la vida. Y es que es verdad que solo Cristo tiene palabras de vida eterna que corresponden con lo que el corazón humano desea. Cristo sacia el corazón, quien bebe de su corazón nunca más tendrá sed, porque Él viene a saciar los anhelos del corazón del hombre.

La primera Jornada Mundial de la Juventud tuvo lugar el domingo de Ramos de 1986 en Roma, con Juan Pablo II,  y desde ese momento hasta el día de hoy con Benedicto XVI no se ha dejado de llevar a cabo estos grandes encuentros mundiales.

Los Jóvenes de nuestro tiempo tienen que descubrir que la Iglesia está viva y que viene a transmitir un mensaje joven, un mensaje que sacia el corazón del hombre. Esta Iglesia, que es la Iglesia de Cristo, es joven y necesita la ayuda de la juventud para llevar a los demás el rostro de Cristo.

Muchos de nosotros hemos podido contemplar en estos encuentros el Rosto de Cristo que nos llama al seguimiento. Cristo nos dice a cada uno ¡Sígueme! y en la respuesta a esta invitación está el secreto de la verdadera felicidad. Cristo sale a nuestro encuentro a través del sucesor de Pedro.

Es un error pensar que el Cristianismo es algo desfasado o que es para las personas mayores, el Papa Juan Pablo II, en su visita a España en el 2003 nos recordaba que se puede ser moderno y Cristiano a la vez, no es algo incompatible.  

La juventud está llamada a ser sal y luz de la tierra. Están llamados a anunciar a Aquel que es la única promesa de felicidad, nuestra misión es dar sabor a un mundo que cada día más se apaga debido al pecado. Los jóvenes, en sus lugares de trabajo y estudio, deben iluminar a la luz del Evangelio los sufrimientos de todos los hombres.

El Papa Benedicto XVI visitará España este verano para confirmarnos en la fe, para alentarnos y animarnos en el anuncio del Evangelio, sobre todo en estos momentos en los que se hace difícil y cuesta arriba el anuncio, en que la persecución se hace cada más presente.  A pesar de todo él nos dice resistidle firmes en la fe. La fe no puede apagarla la persecución sino acrecentarla y tenemos que estar arraigados en Cristo Jesús que es la piedra angular. Quien está anclado en Cristo nada tendrá que temer, pues él es quien nos dará la fuerza del Espíritu Santo para resistir al llamamiento del mundo.

Recemos para que este encuentro traiga a España la conversión y que muchísimas personas vuelvan a camino de Cristo Jesús, camino que lleva a la salvación eterna.