20 de mayo de 2011

Que en la oración cotidiana esté presente la salvación de la humanidad.

Queridos amigos: En esta última audiencia el Papa Benedicto XVI, hablando acerca de la oración, nos invitó a todos los cristianos ha rezar con fuerza por la humanidad en la que vivimos. Esta es la mayor obra de caridad, pedir por la salvación de la humanidad. Nosotros los cristianos estamos llamados a consagrar, cada uno desde nuestro propio estado de vida, las realidades terrenas en las que nos movemos y existimos. Es decir, tenemos que llevar a Dios a los hombres a través de nuestra palabra, presencia y ejemplo. Estamos llamados a ofrecer nuestra vida en oblación por la salvación de todos los hombres, esto lo podemos hacer cada día a través de la oración personal, donde uno entra en esa intimidad fuerte con el Señor, donde hay un "tu" a "Tu" con el único que tiene las respuestas a los interrogantes de tu corazón. Es ahí, en la oración, donde uno puede entregar su vida en reparación por todos los pecados de la humanidad. Ojalá hagamos una entrega generosa y decidida al Señor, que nos fiemos de él para que él sea quien lleve las riendas de nuestra vida. 

Para animarnos, como os decía anteriormente, el Papa terminó la audiencia pidiendo que "la oración de Abraham, nuestro padre en la fe, nos enseñe a abrir cada vez más nuestros corazones a la misericordia sobreabundante de Dios, para que en la oración cotidiana sepamos desear la salvación de la humanidad y  pedirla con perseverancia y con confianza al Señor, que es grande en el amor".