16 de junio de 2011

Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.




ÚNICO MEDIADOR, CRISTO PONTÍFICE
Himno.
Único mediador, Cristo pontífice,
que por nosotros sin cesar suplicas,
te aclama con razón la raza humana,
plena de dicha.


Por obra del Espíritu, en el vientre
de una doncella estás, que al mundo guías;
naces de excelsa adoración al Padre,
sola hostia digna.


Úngete el Padre eterno sacerdote
con el óleo de gracia y de alegría,
porque su majestad obtenga siempre
loa infinita.


Al asumir, oh Dios, nuestra natura,
tu sangre ofreces y el bautismo fijas,
y la culpa letal de nuestro pecho
benigno expías.


Jesús, que levantado en un madero
todo atraes a ti, de amores víctima,
haz que a la santa Trinidad cantemos
gloria infinita. Amén.

 
De la encíclica Mediátor Dei del papa Pío doce
(AAS 39 [1947], 552-553)
CRISTO SACERDOTE Y VÍCTIMA

Es muy cierto que Jesucristo es sacerdote, pero no para sí mismo, sino para nosotros, porque presenta al Padre eterno las plegarias y los anhelos religiosos de todo el género humano; Jesucristo es también víctima, pero en favor nuestro, ya que sustituye al hombre pecador. Por esto, aquellas palabras del Apóstol: «Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús» exigen de todos los cristianos que reproduzcan en sí mismos, en cuanto lo permite la naturaleza humana, el mismo estado de ánimo que tenía nuestro Redentor cuando se ofrecía en sacrificio: la humilde sumisión del espíritu, la adoración, el honor, la alabanza y la acción de gracias a Dios.

Aquellas palabras exigen, además, a los cristianos que reproduzcan en sí mismos las condiciones de víctima: la abnegación propia, según los preceptos del Evangelio, el voluntario y espontáneo ejercicio de la penitencia, el dolor y la expiación de los pecados. Exigen, en una palabra, nuestra muerte mística en la cruz con Cristo, para que podamos decir con san Pablo: «Estoy crucificado con Cristo.»

Fuente: Oficio de lectura. Fiesta Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.


Oremos por el Santo Padre Benedicto XVI y los Sacerdotes de todo el mundo.