8 de julio de 2017

MARÍA, MADRE DE JESÚS

María, porque eres la Madre del Señor, ven a mí. María. María, porque supiste decir Sí y creer en la Palabra del Señor, ven a mí y ayúdame a caminar contigo. María, porque diste tu seno y tu vida para acoger la del Señor, alumbra mi camino. María, porque supiste responder con tu vida a lo que Dios te pedía, fortalece mi vida para que yo también, tomado de tu Mano, responda a lo que el Señor me pide.

María, Madre mía, gracias por tu entrega y humildad. María, Madre de todos los hombres, gracias por ser camino de servicio y de fortaleza, que abres senderos para el encuentro con tu Hijo Jesús. María, gracias por perseverar y, sobre todo, creer y confiar en la Palabra de Dios. María, acompáñame para, fortalecido en tu compañía, saber yo también confiar y esperar apoyado en la Palabra de Dios.

María, porque hiciste de la Palabra de Dios, tu camino y tu esperanza, guardando todo lo que no entendías en tu corazón. Y sufriendo, esperanzada, todas las dificultades, que encontrabas en el camino y seguimiento a tu Hijo, perseveraste y te sostuviste firme en la roca de la fe. María, Madre de la fe, que respondes a la llamada que Dios te hace y, a pesar de no entenderla, fuiste fiel a su Palabra. María, ¿qué hacer para responder como tú a la llamada del Señor?

Madre, quiero cantarte un canto de gracias y venerar tu fidelidad a la Palabra. Porque, por ti entró la salvación en este mundo, y, por ti, encontramos el camino para llegar a tu Hijo, verdadero y único salvador del mundo, que, por la Misericordia del Padre, nos perdona y nos salva. María, Madre de Jesús, intercede por nosotros, para que, junto a ti sepamos recorrer el camino que nos lleva al encuentro con tu Hijo. Amén.