11 de noviembre de 2017

MARÍA, MADRE DE LOS DESAMPARADOS


Madre de los desamparados
Hay momentos en los que uno no sabe qué decir. Son esos momentos tensos donde tus labios se paralizan y tus ideas no fluyen con la rapidez que necesitan tus labios para pronunciarlas y darle salida a tus respuestas. Son esos momentos donde necesitas el calor de una madre y la ternura de sus caricias y comprensión. Son esos momentos que siempre te busco, María, Madre de mi consuelo, que mitigas mi dolor y alivias mis problemas. Quizás no dándole soluciones, pero sí ayudándome a cargarlos con la misma humildad, esperanza y fe que tú hiciste en esos momento de la Pasión de tu Hijo.

María, Madre de Dios, eres la primera en cumplir su Voluntad. Has sido llena de Gracia y bendecida entre todas las mujeres, y en tu Sagrado vientre has encarnado la Naturaleza humana de tu Hijo, nuestro Señor. ¡Madre!, a quien mejor que a ti encomendarte mis inquietudes, mis problemas, mis angustias, dolores y sufrimientos. ¡Quien mejor que tú conoces y has experimentado el sufrimiento y el dolor! !Quien mejor que tú para presentarnos a tu Hijo e interceder por cada uno de nosotros!

Madre, danos la perseverancia de guardar con devoción en nuestros corazones el rezo del santo Rosario. Ese grito repetido, tras el Padrenuestro que nos enseñó tu Hijo, diez veces detrás de cada misterio de su vida. Danos la sabiduría de hacerlo vida en nuestras vidas y, junto a tí, pedir y rezar por la paz de este mundo; por la concordia y la fraternidad entre todos los pueblos; para que nunca se use el nombre Santo de Dios para justificar la violencia y la muerte; por los derechos a la vida de los inocentes que viven en el vientre de sus madres.

Madre del rosario, que tomo todos los días en mis manos e imploro confiado en tu maternidad espiritual entregada por tu Hijo en la Cruz, intercede por todos nosotros, para que sepamos discernir bien y elegir servir a Dios y no al dinero. Madre, alumbra nuestro camino y llévanos a vivir en la Palabra de tu Hijo. Amén.